12-10-2011

La política oculta



No deja de ser significativo que mucho más importante que lo que dicen los candidatos es aquello que no dicen, lo que eluden, lo que escamotean. Esto que parece una afirmación un tanto descabellada, se vuelve lógica en cuanto profundizamos en ella y lo voy a hacer con un ejemplo.

De pronto, sin más repiten un discurso típico, vago e inconsistente para eludir los temas de fondo y como por arte de magia trasladar el foco de atención hacia secundarios y convenientes para ellos.

La política parece abandonar cada día más el ámbito de las visiones de país o de sociedad para convertirse en un recetario. Esto no es malo en si sólo que se trata del último eslabón de una cadena de ideas y concepciones, así es que pienso que sería mucho más revelador que se diera cuenta con mayor transparencia de la visión global que sustenta aquellas medidas “curativas”.

Pongo un ejemplo simple: a la derecha le viene muy bien el sistema binominal, ellos lo diseñaron y lo instalaron para asegurarase una participación en el poder que no tendrían si los cargos fueran asignados por mayoría. Pero no les conviene decirlo, es impopular. Entonces desvían la atención hacia otros temas que no les complican. Si atendiéramos a lo que no quieren hablar los candidatos de ese sector, sabríamos, por ejemplo, que no tienen la más mínima intención de cambiar el actual sistema electoral y que seguiremos siendo un país escasamente democrático por mucho tiempo. La hipocresía y el disimulo es una vieja conducta política.

Así, si quieren tener una visión real del país en el que van a vivir durante los próximos años, cuando vean un debate entre candidatos les recomiendo fijarse en lo que se callan los participantes, en sus silencios más que en las promesas que “bocinean” a los cuatro vientos. Ahí, en la oscuridad de la trastienda, están las concepciones políticas e ideológicas más duras, sólo que no salen a la luz porque las condiciones ambientales hoy les son adversas. Pero aunque no se las vea, influyen radicalmente sobre las decisiones de aquellos que nos gobiernan o quieren gobernarnos en el futuro.

27-09-2011

Quienes somos los humanistas*



Los humanistas son mujeres y hombres de este siglo, de ésta época. Reconocen los antecedentes del humanismo histórico y se inspiran en los aportes de las distintas culturas, no solamente de aquellas que en este momento ocupan un lugar central. Son, además, hombres y mujeres que dejan atrás este siglo y este milenio, y se proyectan a un nuevo mundo.

Los humanistas sienten que su historia es muy larga y que su futuro es aún más extendido. Piensan en el porvenir, luchando por superar la crisis general del presente. Son optimistas, creen en la libertad y en el progreso social.

Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.

Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie. Los humanistas no quieren un Estado centralizado, ni un Paraestado que lo reemplace. Los humanistas no quieren ejércitos policíacos, ni bandas armadas que los sustituyan.

Pero entre las aspiraciones humanistas y las realidades del mundo de hoy, se ha levantado un muro. Ha llegado pues, el momento de derribarlo. Para ello es necesaria la unión de todos los humanistas del mundo.

*Del Documento Humanista

06-09-2011

El Capitalismo*



He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.

Pero la relación con esa "verdad universal" es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.

Los humanistas sienten la necesidad de actuar no solamente en el campo laboral sino también en el campo político para impedir que el Estado sea un instrumento del capital financiero mundial, para lograr que la relación entre los factores de la producción sea justa y para devolver a la sociedad su autonomía arrebatada.

* Del Documento Humanista

15-06-2011

Diferencias Económicas






La explicación que se nos da respecto a que siempre hubo grandes diferencias económicas entre unos pocos y las mayorías y que, no obstante esto las sociedades han progresado, nos parece insuficiente. La Historia nos enseña que los pueblos avanzaron reclamando sus derechos frente a los poderes establecidos. El progreso social no se produjo porque la riqueza acumulada por un sector luego haya desbordado automáticamente "hacia abajo". Esto lo sabemos muy bien los chilenos.

05-01-2011

El país que yo quiero



En la publicación anterior hablamos de la ilegitimidad de la Constitución del 80 y por ende, de toda nuestra institucionalidad posterior. Para refrendar nuestras afirmaciones, en los últimos días han sido sometidos a juicio varios imputados por el asesinato del ex presidente Eduardo Frei Montalva, quienes obedecían órdenes directas de los máximos jerarcas de la dictadura militar. ¿Porqué se empeñaron tanto en eliminarlo? Básicamente, porque era el único político chileno que podía frenar el proceso para validar la nueva constitución y eso era exactamente lo que estaba tratando de hacer en el momento en el que fue vilmente asesinado.

Este hecho atroz, el primer magnicidio en la historia de nuestro país, nos conduce necesariamente a sacar algunas conclusiones:

1. Por si aún no estaba claro para algunos despistados, ya no puede caber ninguna duda de que la dictadura del General Pinochet fue un gobierno asesino y violento. Así pasará a la historia y no hay nada que pueda justificar toda la brutalidad desplegada durante esos 17 años.

2. Los civiles que participaron en ese gobierno, muchos de los cuáles tienen una activa participación en nuestra actual vida política, son cómplices a pesar de los denodados esfuerzos posteriores por lavar su imagen o desentenderse cínicamente de sus perversiones, hoy de sobra conocidas.

3. El orden institucional derivado de ese período y hasta hoy vigente para todos nosotros, no puede ser legítimo puesto que está fundado en el salvajismo y la sangre.

Como ya lo dijimos y como se desprende de las conclusiones anteriores, es necesario refundar completamente la institucionalidad vigente, pero no hemos conseguido hacerlo porque somos un pueblo chantajeado. Chantajeado por la derecha, que manipula el futuro para que no podamos mirar hacia el pasado. Chantajeado por el centro, que nos pide paciencia porque los cambios deben ser graduales, cuando la verdad es que no hay ningún cambio que pueda sostenerse sobre estas bases espúreas. Chantajeado por la izquierda, que nos empuja a elegir el mal menor cuando el mal mayor ya está hecho y seguimos postergando el momento de abordar con valentía su transformación imprescindible.

Yo quisiera convocar a mi pueblo a ser valiente, a romper la pasividad de las últimas décads presionando a nuestros gobernantes para forzarlos a llevar adelante, hoy y no mañana, estos cambios fundamentales. Yo quisiera ver a mi pueblo erguirse con dignidad y romper de una vez las cadenas heredadas de la dictadura. Yo quisiera exhortar a mi pueblo a no conformarse con futuros falseados, con cambios insustanciales o con males menores.

Ese es el país que yo quiero y estoy dispuesto a colaborar para construirlo.